La vida se divide entre los que dicen te quiero y los que se mueren de ganas por poder decirlo; yo antes era de las que lo decía. En cualquier frase podía meter un 'te quiero' y realmente lo sentía, pero lo sentía a mi manera. Nunca supe darle valor a esa palabra y ahora las pocas veces que lo digo lo digo sin sentirlo, cuando más lo siento... menos lo digo o quizás es cuando menos puedo decirlo, así es, pertenezco al segundo grupo.
Y aún con eso yo te quiero hasta cuando no quieres que te quieran porque tú eres de los míos... cuando nos pasan por encima pretendemos que no nos vuelvan a pasar por encima.. ni por ningún lado. Pretendemos ser superiores... o simplemente no ser. Y por eso huímos, desconfiamos y nos protegemos hasta con lo que no tenemos. Yo, no quiero querer... pero tú te colaste en mí antes de que yo crease una cúpula anti quereres y mírame... es lo malo de que hayas sido siempre una de las personas en las que más he confiado, que ni si quiera queriéndome esconder puedo librarme de mis debilidades.
Soy de las que piensa que 'todo' es una palabra suficiente menos cuando se habla de amor, en el amor es la palabra más inútil del universo porque cuando estás enamorado 'todo' no es nada para lo que crees que puedes querer, lo que la otra persona se merece, todo eso se queda absolutamente pequeño. Pero cuando quieres de verdad, tampoco lo dices, sólo te limitas a intentar demostrar que quizá, aun siendo un simple ser humano puedes llegar a remover cielo y tierra para llegar a superar un 'todo'.
Quizá eso me pasa contigo, me bloqueo al pensar qué puedo hacer para demostrarte lo mucho que te quiero porque no creo que haya nada en este maravilloso mundo a tu altura. Porque no eres perfecto pero para mí todo está muy por encima de ti.
Llámalo X.
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